Plaza del Pumarejo

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UNA FOTOGRAFÍA DE RICARDO COMPAIRÉ (Belén Jiménez)




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Ramón Acín y Concha Monrás en su casa familiar de Cuenca en 1922. Fotografía de Ricardo Campairé.

 Encontré esta fotografía en un artículo de diario.es que anunciaba una exposición. Se llamaba “El cajón de las fotos” y mostraba las fotografías familiares de los Acín Monrás. Está fechado el 27 de diciembre de 2021. Tenéis el enlace más abajo.

Ramón Acín nació en Huesca en 1888 y murió en 1936 con 47 años. Concha Monrás había nacido en Barcelona en 1898 y murió en 1936 con 38 años. Ricardo Compairé, fotógrafo y amigo de la familia, nace en 1883. Tenía 52 años en el momento fatídico en que los mataron. En 1945 deja la fotografía definitivamente. Muere en 1965.

 


 

En este recorte pude verla más clara. La pajarita en la jaula me detuvo. Me asalta en ella el aliento surrealista que acompañó a nuestra juventud en la Segunda República. En Aragón Buñuel, Acín y Compairé... En Huesca “una provincia de tercera con gentes de cuarta” dijo Acín en alguno de sus textos. Unas gentes que no le perdonaron su rebeldía. Fue el tercer asesinado por el levantamiento en la provincia y habría sido el primero si no lo hubieran escondido. Salió de su agujero para defender a su mujer, Conchita, que estaba siendo violentada, fue detenido y fusilado delante de la tapia del cementerio de Huesca el día 6 de agosto de 1936. Conchita también fue detenida. La fusilaron con otras noventa personas cuando hacía poco más de dos semanas de la muerte de él. 

Buñuel nació en Calanda (Teruel) en 1900. Tenía 36 años cuanto estalló la contienda. 52, años tenía Compairé, 47 Ramón y 38 Concha. Buñuel era el más joven de los cuatro. En 1922 cuando Compairé hizo la fotografía, la que tiró de mí, tenía 22 años.


  Cómo había llegado la modernidad a Huesca, me pregunto. La modernidad que está en la jaula de la pajarita y en los cuadros, tan “modernos”, que cuelgan en un rincón que me recuerda a la casa de mis abuelos. La modernidad que está en toda la obra de Acín. Sería estupendo tirar del hilo y encontrar a los amigos de Acín, los que colaboraron con él en las publicaciones libertarias. Ciudades pequeñas, amigos compartidos.  


 

Buñuel tenía 24 años cuando Salvador Dalí lo pintó delante de un paisaje metafísico. A su lado Acín en el que es su retrato más conocido. No sé si es de Compairé, del que, por cierto, no hay un retrato de esta época, al menos yo no lo he encontrado. Otro fotógrafo que se esconde. 

Luis Buñuel y Ramón Acín, amigos. En 1926, cuando acaba de nacer su segunda hija, Acín visita a Buñuel en París. Pasa allí varios meses y conoce las nuevas tendencias artísticas. Había sido encarcelado más de una vez, durante la dictadura de Primo de Rivera, durante la monarquía de Alfonso XIII e incluso durante la Segunda República por sus artículos y sus ideales anarcosindicalistas. El fracaso de la sublevación de Jaca, que él apoyó, lo obligó a exiliarse en París. Otra vez Buñuel, otra vez París. 

Luis Buñuel y Ramón Acín: la suerte de los dos está unida en la historia: “Si me toca la lotería te doy el dinero para que hagas tu película”, algo así debió ser dicho. Y tocó. Tocó el gordo en Huesca la Navidad de 1932. Acín cumplió su promesa y Buñuel, hizo “Las Hurdes, tierra sin pan”. Ese había sido Ramón Acín, el que financió la película de Buñuel, esa era hasta ahora mi única referencia. 

Busco información después de leer el artículo: Acín fue maestro de maestros, pedagogo, dirigente de la CNT, visionario y progresista pintor, dibujante, polemista, antitaurino, anarquista. En todo adelantado. Ella, Conchita Monrás, fue mujer culta, deportista, con excelentes dotes para el piano, esperantista. Una mujer libre y comprometida que compartía con Ramón pensamiento y esperanzas. Tuvieron dos hijas: Katia y Sol.

 

 


La segunda fotografía, la amputada, es la que se exhibe en la exposición a la que hace referencia el artículo que me enseñó la primera foto, la que tira de esta historia. Ella, la chica, debía ser la tata, eso imagino, la querida tata de las niñas, por eso está en la fotografía original, porque también ella es como de la familia. Su presencia hace más íntima la escena y me hace pensar que es de Compairé. Todos reunidos en el salón de la casa. Suya o no, desde luego parece obra de un profesional. 

   



 

Conchita y Ramón, Luis y Federico. El Lorca aragonés. Así llamaron a Acín cuando reivindicaron su memoria. Los dos artistas, los dos asesinados. ¡Qué parecidas las dos fotografías! La de Lorca y Buñuel está fechada: 1923. 

 

Éste que veis es el único retrato que he encontrado de Ricardo Compairé. El señor de la fotografía ya no es fotógrafo. Es un farmacéutico retirado que paseará hasta su muerte los caminos del Alto Aragón, los mismos caminos que recorrió cargando 40 kilos de material fotográfico de valle en valle, de pueblo en pueblo, en busca de sus gentes y costumbres, consciente de que un mundo desaparecía ante sus ojos, registrando para el futuro el primer tercio del siglo XX en sus montañas. Paisajes, trajes, aperos, oficios ... 

Su archivo de más de 4.400 imágenes está custodiado por la Diputación Provincial de Huesca. Muy bien custodiado. No he encontrado la forma de consultarlo. 


Según he leído, aunque no puedo estar segura, Compairé realizó esta fotografía el día del bautizo de uno de sus hijos. Hay algo en ella que me recuerda a mi infancia.

COLECTIVA 2 : COLOR

La percepción es la forma en la que el cerebro interpreta las sensaciones que recibe a través de los sentidos para formar una impresión de la realidad física de su entorno. 

El color es la respuesta interpretativa de nuestro cerebro a un estímulo provocado por una onda electromagnética que incide sobre nuestro ojo. 

Para percibir la luz, el ojo cuenta, junto con los bastoncillos, con tres géneros de células visuales (conos), que rigen tres tipos diferentes de sensaciones referentes a los colores primarios (azul, verde y rojo) en función de la longitud de onda a la que son sensibles. A partir de ellos se forma para cada sensación de color un código de 3 partes. 

Los colores secundarios son aquellos que se forman de la mezcla, por partes iguales, de dos primarios (es decir: de la mezcla del azul y el amarillo surge el verde, del rojo y amarillo, el naranja y del rojo y azul, el violeta). 

Por su parte, los colores terciarios se forman con la mezcla, por partes iguales, de un color primario con uno secundario adyacente. Así, de esta combinación resulta el rojo violáceo, rojo anaranjado, amarillo anaranjado, amarillo verdoso, azul verdoso y azul violáceo.

Sin embargo, la interpretación de una longitud de onda determinada por nuestro cerebro no es siempre la misma y depende de distintos factores. En una escena los colores que interpreta nuestro cerebro dependen en cierta medida de los colores que los acompañan, de su disposición y presencia. "Dos colores yuxtapuestos se ven mas diferentes que cuando se ven separadamente" (Ley del contraste simultáneo de los colores: Michel Eugène Chevreul). En realidad nuestro sistema de percepción es bastante poco fiable en relación al color.

También la luminosidad de un objeto resulta mas oscura sobre un fondo blanco y más clara sobre un fondo oscuro. La yuxtaposición de objetos de diferente luminosidad hace que aparezcan falsamente zonas más oscuras en las bandas más oscuras en contacto con bandas más claras, "bandas" ilusorias que enfatizan los límites, y que aparezcan falsamente zonas más claras en las bandas más claras en contacto con bandas más oscuras, que se conocen como bandas de Mach.

En fotografía el color contribuye a generar emociones, y también actúa sobre el peso visual de los objetos de una composición.  El peso visual es "la fuerza visual que aparece debida al contraste de luz que se establece entre los diferentes elementos visuales que la componen", 1a capacidad que tiene un elemento de una composición de atraer la mirada del observador. Cuanto más peso visual tenga algo, más atraerá la atención del ojo. 

"Los seis colores aparejados conforman las grandes antinomias que se organizan en un círculo, como una serpiente que se muerde la cola (símbolo del infinito y la eternidad) y abren las dos grandes posibilidades que, por las vibraciones que despiertan, se relacionan con determinados estados anímicos." (Wassily Kandinsky)

Círculo cromático de 
Johann Wolfgang von Goethe

"Amarillo: Este es el color más cercano a la luz. Aparece en la más mínima mitigación de la luz, ya sea por medios semi-trasparentes o por el débil reflejo de superficies blancas. En experimentos prismáticos se extiende sola y vasta en el espacio de luz, y mientras los dos polos se mantienen separados el uno del otro, antes de mezclarse con azul y producir verde, se puede ver en su máxima pureza y belleza. […]

En su más alta pureza siempre carga con él la naturaleza del brillo y tiene un carácter sereno, alegre, suavemente excitante.

Azul: Así como el amarillo siempre va acompañado de luz, lo mismo puede decirse del azul, que trae con él un principio de la oscuridad.

Este color tiene un peculiar y casi indescriptible efecto en el ojo. Como tono es poderoso, pero esta en el lado negativo, y en su máxima pureza es algo así como una negación estimulante. Su apariencia, entonces, es una especie de contradicción entre la excitación y el reposo.

Mientras el alto cielo y las lejanas montañas parecen azules, una superficie azul parece retirarse de nosotros.

Pero así como nos dejamos llevar por un objeto amable que vuela de nosotros, así amamos contemplar el azul; no porque avance hacia nosotros, sino porque nos arrastra a seguirlo. […]

La apariencia de objetos vistos a través de un vidrio azul es sombría y melancólica.

Rojo: El efecto de este color es tan peculiar como su naturaleza. Transmite una impresión de gravedad y dignidad, y al mismo tiempo de gracia y atracción.

Verde: El ojo experimenta una distintiva impresión de gratitud hacia este color. […] El observador no tiene ni el deseo ni el poder de imaginar un estado más allá de él."

(Johann Wolfgang von Goethe)

Fotografías del Colectivo Fotográfico Pumarejo

Javier de la Cruz. "La Portería"
Javier de la Cruz. "En la portería"

Javier de la Cruz: "Noche de verano"

Teresa García: "Buganvilla"

Teresa García: "Triana"

Belén Jiménez: "Cuatro gotas"

Belén Jiménez: "Sin color"

Elena Torres: "Sin título"

Elena Torres: "Sin título"

Esther Cillero: "Sin título"

Esther Cillero: "Sin título"

Francis Fernández: "La hora del bocadillo"

Francis Fernández: "El color del óxido sobre blanco"

Silvia Villena: "Litoral literal"

Silvia Villena: "Punto y Pelota"

Paco Aragón: "Lucía"

Paco Aragón: "François"







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