lunes, 20 de enero de 2025

Sobre la CONFERENCIA del fotógrafo LOLO VASCO sobre su proyecto PAISANAJE: LA VIDA EN LOS TESTEROS Día 16 de Diciembre de 2024

      Foto Soledad Mellado


La inauguración de la exposición fue el día 30 de Mayo con todos los honores. Los vecinos en la plaza, sentados unos y otros de pie, escucharon a la Alcaldesa y al fotógrafo presentar el proyecto. Pero el momento de más emoción sucedió antes, sucedió poco a poco, cuando al retirar los andamios, los vecinos vieron por primera vez las fotos inmensas, una a una desplegarse como sueños del pasado, puestos en pie en los testeros blancos. Ese fue el momento de las lágrimas, de los abrazos que Lolo Vasco todavía rememora emocionado. 


¿Es por esto por lo que hacemos fotografías?, se pregunta. ¿Es este rendido tributo al pasado, a lo que fue, lo que nos mueve? ¿Es este rescate del tiempo que el fotógrafo empezó a soñar cinco años antes de que fuera posible, su proyecto más fiel, su proyecto más verdadero, el más querido, el proyecto para el que durante años había estado preparándose?


Porque sus vecinos son los protagonistas, porque son ellos los que nos miran desde las paredes blancas, desde la vida de antes, una vida que era de otra forma. Vida de tiempo lento, de labores compartidas que al atardecer se convertían invariablemente en fiesta.


Allí estaba él, el fotógrafo amigo al que miran de frente y sin reservas. Siempre estuvo ahí, desde que a los 16 años tuvo su primera máquina, y por eso no reparan. Y como se tardó en revelar a veces, porque meterse en el laboratorio costaba o no hubo ocasión, muchos no habían visto sus fotos todavía o las habían olvidado. Treinta años después, o diez, qué importa. El tiempo ha convertido sus imágenes en un tesoro que necesitaba compartirse. 


Y  Lolo Vasco sigue imaginando. Un libro, un libro con más fotos le reclaman los que las conocen. Han sido casi cien fotos en 14 testeros, de 5x4 metros la más grande, pero a los amigos del pueblo les han parecido pocas. Lolo imagina con ellos un paseo expositivo permanente por las calles del pueblo, por esos 14 testeros que él ha seleccionado uno a uno. Otros veranos, otras imágenes, otros proyectos.


Puedes tu también, aunque hayas sido como yo de los que no la vimos, de los que no supimos o sabiéndolo lo fuimos dejando para más tarde y no encontramos un hueco para pasear por las calles de Monesterio durante los seis meses en que el Paseo de los Testeros cambió el pueblo, asomarte, como hemos hecho nosotros de la mano de Lolo Vasco, siempre amigo, siempre cercano, siempre generoso, al video que es, nada más, una muestra de lo que será, porque un proyecto como este permanece vivo aunque la lluvia haya despegado los papeles enormes que cubrían las paredes.Todo se documentó, y estarán para el  futuro las primeras lluvias del otoño separando primero las esquinas, colaborando en el cierre de un tiempo que duró demasiado poco. Un tiempo que pasó volando. 


Texto Belén Jiménez


      Foto Paco Aragón