Plaza del Pumarejo

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SE BUSCA LA FOTOTECA HISPALENSE (Belén Jiménez)

Miguel Angel Yáñez Polo. Autorretrato. Fotomontaje. Sin fecha conocida

Miguel Angel Yáñez Polo está aquí como creador, conservador, y, aunque no lo dice  su página como propietario, sus herederos al menos lo son, de la Fototeca Hispalense. Está como estudioso de la historia de la fotografía, disciplina que inaugura en Sevilla y como autor de los libros en los que rastreamos las huellas de nuestra interesante heroína, nuestra vecina, fotógrafa que vivió en la la calle Feria entre 1915 y 1936, Francisca García Rodríguez, la “tía Paquita”, cuyo mundo y cuya historia queremos recuperar en estas entradas, un poco desordenadas, que mes a mes vamos compartiendo con vosotros.

No sé cuando empezó en Yañez Polo el deseo de coleccionar fotografía antigua, si heredó de su padre la afición o si fue el descubrimiento de un chaval inquieto que desde los 19 años había querido ser fotógrafo. Tenia 35 cuando pensó un futuro mejor, más culto, más libre, más interesante para la fotografía en Andalucía, cuando creó en torno a un manifiesto hecho público en Cádiz en 1975, el grupo F8. Jose Manuel Holgado era su mejor amigo y Miguel B. Márquez, Justo Ramos, Fernando Manso, Encarnación León, Toti Camacho y Felipe Sevilla, fueron con ellos miembros fundadores.

 



Ahí lo tenéis en una foto gamberrosurrealista. Es el primero a la izquierda, creo, con varios de los miembros del grupo F8. Míguel Angel Yáñez Polo es el líder del grupo y, por lo que vamos sabiendo, su miembro más brillante y más destacado. 

En 1975 expone con sus compañeros por primera vez en Cadiz y siguen exponiendo juntos hasta 1984, el grupo cada vez más mermado. Sólo Holgado, Bobo Márquez y él en la última que encuentro. Mientras, Yáñez Polo expone en solitario en galerías y museos importantes hasta 1992 y tiene un curriculum bastante largo que podéis encontrar en su página web. Fue uno de los más reconocidos fotomontadores de la época, a la altura de los mejores. Así se le considera y así lo consideré yo en cuanto vi sus obras. Os pongo la dirección de su página web en notas para que las veáis, yo selecciono más abajo algunas, las que más me gustan. 

La vie fuyant. Sevilla 1988



¿Era ya médico internista, estaba ya casado con Toti, tenía ya hijos? 



Además de hacer montaje fotográfico intervenía las imágenes con reveladores en un proceso que, según hemos sabido, era de su invención, de forma que cada una de sus obras era una pieza única. Supimos también que una inundación deterioró una parte sustancial de su obra que se hallaba en el chalet en el que vivió con Toti Camacho, compañera fotógrafa y madre de sus hijos y que alberga en la actualidad la fototeca Hispalense.


Apuntes subconscientes 1

Sus estudios sobre la historia de la fotografía en Sevilla empiezan en esta misma época.1976 es una fecha probable porque en el curso 1977-1978 creó el Seminario de Historia de la Fotografía Sevillana que se reunió durante unos años en el Ateneo. Podríamos decir sin exagerar, que fue el creador de la disciplina en Andalucía, que antes de él no se había hecho ningún trabajo riguroso, prácticamente nada con pretensiones teóricas y que crea un obra notable sobre la historia de la fotografía de nuestra ciudad. 

La Fototeca Hispalense que empezó a nacer entonces contiene más de 100.000 fotografías,  de las cuales más de 50.0000 están documentadas y muchas pertenecen a los más grandes fotógrafos de la ciudad. Dijo la prensa cuando se publicó el libro la Sevilla Recuperada  (N) que 4000 familias habían colaborado en la creación de la colección. Nos chocó la cifra al leerla . 4.000 familias. Cuatro mil días, cuatro mil puertas abiertas, cuatro mil señoras o señores con la caja de lata entre las manos. La tarea nos resultaba increíble. Pensamos que siendo como eran muchas de ellas colecciones familiares el grueso de la colección serían las copias, aunque luego supimos que también compró y cambió mucho y que la Fototeca recibió muchas donaciones. No debió trabajar solo. 

De esos años de juventud son muchas de las grabaciones que andamos buscando, porque Miguel Angel Yáñez Polo, que era moderno y práctico y que seguramente no podía abarcar todo lo que llevaba entre manos, recurrió a las grabaciones para conservar, de viva voz, una memoria que se perdía, un material precioso que le serviría en el futuro para completar esa Historia General de la Fotografía en Sevilla que es su mayor obra. Grabó conversaciones sobre todo lo que le pareció interesante, habló con todos los que sabían algo del mundo de la fotografía en la ciudad. Se trata de un material con un enorme valor histórico que nos interesa muy especialmente, porque una de las grabaciones, la que registra su conversación con Ruiz Alcaína realizada el día 8 de agosto de 1978 trata sobre la tía Paquita. 


" Era ella, en el mejor sentido de la palabra, una cachondona buena. Metidita en carnes, bajita, siempre vestida de negro, la gente decía que era viuda de un fotógrafo de un pueblo de la sierra. No sé. Le gustaa un poquito el piripi y, creo, que nunca tuvo hijos. Desde luego su aspecto no era muy para gabinete de retratos. siempre tenía un moño con gitanillas. La conocí sobre 1916 cuando yo estaba con Perez Romero en la Rioja pero iba mucho todavía por el ambiente del pobre Medina. Créame si le digo que era la mujer que más se reía del mundo. Ella misma se jaleaba y había que verla bailoteando y tocando las palmas. No lo hacía tan mal"

 

Y como Paquita vivía en el ámbito del Medina fotógrafo sandunguero de la generación anterior que vivía frente por frente y que juntaba en su estudio la fiesta flamenca/fotográfica a la que según parece Paquita era tan aficionada, también nos interesaría muchísimo oír la grabación  que recoge su conversación con Ruiz Alcaina sobre Medina y sus fiestas. Y según vamos leyendo y encontrando relaciones, ya sabéis, el deseo de saber se multiplica. 

Yañez había querido que la suya fuera una colección que reflejara la historia, la memoria del tiempo que se fue en la ciudad de sus gentes. Eso tiene para nosotros un gran valor porque muchas de las obras de la Fototeca llegaron allí, para ser cuidadas e investigadas, no por pertenecer a los grandes autores que regentaban los mejores estudios de la ciudad, sino por mostrar lo popular en las calles más vivas, en los mercados, en las ferias... por eso la Fototeca Hispalense contiene una gran cantidad de anónimos. Y ya sabemos que los anónimos muchas veces son obras de mujeres. En la Fototeca Hispalense esperamos encontrar más fotografías de tía Paquita. De hecho, la única foto suya conocemos forma parte de la colección.

 
























LIMOSNA (Belén Jiménez)



El miedo al robo les dio forma y los agarró a lo más firme, por eso unos pocos sobreviven encastrados en los muros de iglesias y conventos o soldados a sus rejas. En desuso algunos, otros, con candados modernos bien engrasados. 

Todos hablan de un tiempo que fue.

Pan de San Antonio, qué será, me digo y recuerdo los santos y las vírgenes que miraba en mi infancia. Vuelven a mí las horas quietas de las misas del domingo.

¿Quién fue Santa Librada?

Las ánimas benditas ¿quién pide para los muertos? Misa para el descanso de unas almas que no serían tan benditas cuando había que rezar por ellas. Almas de esas que semivivas se alojaban en los miedos infantiles.

No sé cuando empecé a fotografiar limosneros. La foto más antigua en estas páginas es de 2006. Me devuelven a la vida que fue.

La serie LIMOSNAS es una colección y revela un deseo de apropiación que está presente en la fotografía, al menos en la mía.

La fascinación que los limosneros me provocan se liga, creo, a la propia naturaleza de un objeto que es, además de hermoso, polisémico, porque la raja y la hucha remiten al sexo femenino, porque hay un meter, un no poder sacar, un lo que se da no se quita. A las formas de hierro y a los candados se asoman los cinturones de castidad.

Cuando fuimos pequeños aprendimos a buscar tanteando en la penumbra de la iglesia la raja fría de la hucha y cuando alguna vez oímos decir que alguien había robado esos dineros, pensamos que había sido cometido un sacrilegio.








Arriba una muestra de la colección. Aquí se cuenta el final. Los limosneros no sobreviven a ninguna restauración. Están siendo sustituidos sistemáticamente por velas eléctricas. El cable negro recorre el muro en busca de un enchufe que hubo que instalar rompiendo yesos y pegando canaletas.

Parece que la iglesia se avergonzara del limosneo antiguo, ese que se daba cuando la Iglesia apoyaba más desvergonzadamente que ahora a los poderosos. El artilugio eléctrico que podéis ver en las capillas de los pueblos delante de los santos más milagrosos, tan triste y desolado, les limpia la memoria. 

En las dos últimas fotografías se documenta el proceso de destrucción.



 





ANDRÉS TORREADRADO: Conferencia en la CASA GRANDE del PUMAREJO (Texto y fotografías de Silvia Villena)


ANDRÉS TORREADRADO, FOTÓGRAFO DE LA FORMA Y LA COMPOSICIÓN. 

Nos mostró y nos contó, en una charla muy amena, su evolución dentro del mundo de la fotografía que comenzó hace tiempo con el formato analógico y el gusto por el blanco y negro. Texturas, formas, composición muy rigurosa, encuadre y una cuidada iluminación que realza y contrasta los espacios. Escasa presencia de humanos en sus fotos. Nos habló de su crisis fotográfica resultado, según él, del desmedido abuso de la imagen en el mundo actual, la multiplicidad de capturas que inundan las redes,  el disparo fácil irreflexivo y por qué no también, debido a su labor profesional como fotógrafo en medios de comunicación. No rehuye de ningún tipo de formato y soporte pero se inclina por el revelado en papel y la fotografía analógica. Nos habló de la importancia de trabajar en proyectos y nos trasladó la idea de que hay que hacer la foto que a cada cual le gusta, incluso hacerla mentalmente antes de llevarla a la práctica. Una foto buena es aquella que le gusta al que la hace, una foto buena te dice cosas y no te deja impasible.









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