lunes, 30 de mayo de 2022

NO ES MADAMA FRITZ (Belén Jiménez)

Daguerrotipo de autor desconocido. Sin identificar tampoco los dos personajes
Encontré este daguerrotipo en la primera búsqueda en internet del nombre de Madama Fritz. Había leído sobre ella en el libro de Publio López Mondéjar "150 años de fotografía española". No guardé el enlace y no lo he vuelto a encontrar. Copié solo esta imagen, la que ahora tira de mí. No sé si hay otra reproducción de mejor calidad, ni si está cortada y hasta empiezo a dudar de que se trate de un daguerrotipo español. No leí ninguna explicación en el artículo sobre su autoría, fecha y procedencia y sin ninguna razón, pensé que era Madama Fritz. 

 

Cordoba. Abril de 1844. Encuentro informaciones contradictorias sobre el diario que publicó este anuncio. 
 
Solo habían pasado cinco años y el invento ya estaba en España. En una provincia  pequeña, de unos pocos miles de habitantes. Madama Fritz era la primera daguerrotipista ambulante que visitaba Córdoba. Con ella llegaba a mi tierra el milagro del retrato. No venía de Francia como pregonaba en alguno de de sus primeros anuncios sino de Portugal, de Lisboa probablemente, y encontramos su primer rastro en 1843 en Barcelona.  

En 1839 Daguerre presenta oficialmente su descubrimiento en la Academia de Ciencias de Francia  y todos entienden su valor, tanto que Daguerre y el hijo de Diépce (que en 1816 conseguía por primera vez imágenes fotográficas sobre papel) reciben una pensión vitalicia y el estado se reserva la propiedad del invento, lo que viene a ser una nacionalización que lo deja libre de patentes. El nuevo procedimiento acortaba enormemente los tiempos de exposición. La primera fotografía que hizo Diépce necesitó una exposición de 8 horas, un daguerrotipo, sin embargo, se hacía en 15 segundos mediante una técnica que podía aprenderse de forma sencilla. El mismo Daguerre publicó las instrucciones y planos para construir la cámara y todos los secretos de su método. Producía una copia única sobre una placa de cobre muy pulida, una imagen de gran calidad pero muy delicada que se protegía debajo de un cristal como un reloj o un relicario.  

La cosa se probó en España. En Barcelona se hizo el 10 de noviembre de 1839 Ramón Alabert hizo el primer daguerrotipo español y se compró la primera máquina por suscripción popular. Hubo un gran interés científico y cultural por el invento pero, como había sucedido otras veces, no prendió la idea de negocio y cuenta López Mondéjar que llegaron muy pronto, entre 1845-1850, como palomas, los fotógrafos y las fotógrafas ambulantes en busca de una tierra virgen donde trabajar sin competencia. Madama Fritz fue una de ellas, pero no la única, hubo otros y otras lo que quizás pueda parecernos más extraño:... Madame Valepery, Madame Senges, ...todas decían venir de Francia porque todo lo moderno venía de Francia.  

 

 


El reinado del daguerrotipo apenas duró diez años, que en España pueden ser cinco o seis, pero en esos pocos años el retrato se impone como una necesidad que cada vez más gente puede permitirse. 
Ya nunca volverá a ser como antes. Un espejo inmóvil donde permanecer para siempre. ¿Al alcance de cualquiera? No. En España no. En el anuncio de Cordoba se ofrece el retrato por 60 reales cuando el jornal diario era de seis. 
Muchos de los daguerrotipistas comerciaban con los productos necesarios para el proceso, vendían cámaras e incluso prometían enseñanzas sobre el manejo cuando se adquirían. Las empresas especializadas crecían como hongos al amparo del éxito fabuloso del retrato, libres como estaban de patentes gracias a la intervención del estado francés. Los daguerrotipos inundaron Europa, los procesos se acortaron y los precios también. 

Todas Madame, todas venidas de Francia, ella Madama, ¿porque venía de Portugal? Me extraña desde el principio el tratamiento como me extraña la abundancia de mujeres. Las fronteras de Europa se andaban sin papeles y la fotografía, en sus inicios, parece cosa adecuada a señoras y señoritas. Madame Senges daguerrotipista de París anuncia en Madrid en 1849 un curso especialmente pensado para ellas. 
Madama Fritz a la que se había tenido por suiza y así aparece en la mayoría de artículos en los que se cuenta su historia, sí era francesa. Francesa de verdad. Su nombre era Marie Agnés Anastasie Clemandot. Había nacido en Le Puy-en-Velay el 14 de marzo de 1807. Casada con un suizo, eso sí, en diciembre de 1829. Con Friedrich Traschler de quien enviudó en 1835, y de quien ya estaba separada desde 1832. Se casa con 22 años, se separa tres años después con 25 y tiene 36 años cuando llega a España. Muere en París el 28 de Mayo de 1876 a los 69. Sólo me falta ya un retrato de su tumba. Nada de todo esto sabríamos de la que muchos tienen por la primera fotógrafa en España si no fuera por los recientes trabajos de Dra. García Felguera publicados en 2021 y que yo he conocido a través del blog El álbum del Jep de Jep Martí Baiget, especializado en fotografía del s XIX. ( Os pongo el enlace al final).  
Por lo que había leído hasta encontrarlo deduje que había sido pintora o al menos estudiante de pintura porque no era tan frecuente que se ofreciera el retrato en color. Pensé que era más joven.

 Cuesta imaginarla en nuestra España, por caminos de polvo y barro recorridos por diligencias tiradas por caballos, que hacían noche en posadas a las puertas de la ciudad. Cinco días de camino de Madrid a Sevilla...En Cordoba vive en el café Parador de Diligencias. Llega el 30 de marzo procedente de Toledo y avisa de que va a estar solo hasta el 10 de abril, aunque los que han seguido su rastro dicen que serán más días o acaso hubo otro lugar, otra parada, antes de llegar el 7 de mayo a Cadiz. Tampoco en Cadiz estará mucho tiempo. El 8 de junio está en Lisboa y el 10 de noviembre en Valencia a donde probablemente había llegado en barco. 

Cuando pensé que la fotografía que tira de esto que escribo, era el retrato de Madama Fritz, imaginé, que la joven que se le parece tanto, más que su hija parecía su hermana. Una hermana que le ayuda me dije, porque cuesta pensar en la tarea de la fotógrafa ambulante en soledad, una hermana ayudante, las dos vestidas igual, para mover los baúles que debieron contener el pesado material, las placas de cobre, la cámara ...
Pero no es ella, la mujer de la mirada triste no es Madama Fritz. Madama Fritz se esconde. Ella, con un vestido muy ajustado a la cintura, largo, oscuro, un abrigo de paño, un sombrero para evitar el viento frío en el invierno, su ropa de viaje, y en verano una sombrilla y un sombrerito de paja para evitar el sol, viaja sola.  
En el segundo de los anuncios de la prensa de la época por los que conocemos las andanzas de Madama Fritz, recién llegada a Barcelona busca una ayudante en el proceso de revelado que conozca el francés y pueda servirle de traductora. 
Había venido sola y parece que está sola hasta 1845. Entonces publica en Valencia un anuncio en el que aparece como Señora Durrieu (antes Madama Fritz se insiste). Un matrimonio que sólo dura dos años con otro fotógrafo, otro daguerrotipista que continuará, cuando ella ya se haya ido, trabajando en Valencia, o una asociación profesional. No se sabe a ciencia cierta. 
Me preguntaba cuántos de estos daguerrotipos pudo hacer nuestra intrépida fotógrafa y vino en mi ayuda el suizo Schmidt que recorrió los pueblos de Navarra, que en 1848 afirmaba, presumiendo, que había hecho más de 2.300 retratos a entera satisfacción de los interesados. ¿Cuántos en Córdoba? Diez días en un estudio que seguramente se desplegaba en una esquina de su habitación ante una pared vacía o apenas decorada, unas telas quizá. 

 


Anónimo. Jabel Hogg realizando un retrato con una cámara de daguerrotipo en 1843.

El día 7 de mayo estaba en Cádiz. ¿Cuántos retratos en Cádiz? Nobles y terratenientes sobre todo. No había en las ciudades andaluzas una burguesía tan asentada como en Madrid o Barcelona. 

¿Por qué ninguno tiene su nombre? No tuvieron nombre los primeros artistas orientales y africanos. Una técnica sencilla, considerada como poco artística, una mujer. No es azar el olvido, no es por azar el silencio. Y me gustaba imaginar que ella era la autora de los dos maravillosos retratos que tenéis debajo. 
Era rápida, pensaba. Presume en uno de los anuncios de haber inventado un procedimiento que aligeraba el proceso de revelado y llevaba una cámara más pequeña que las que era normal utilizar profesionalmente, de seis cuartos del tamaño natural, (el grandor, dice el anuncio), cuando lo habitual eran cuatro. Viajera ligera como la brisa la imaginé, recorriendo las tierras andaluzas.
Tuvo tiempo. El 10 de abril dejó Córdoba y no llegó a Cadiz hasta el 7 de mayo. Pudo ir a Ronda, o a Málaga de camino a encontrar el retrato del escopetero y pudo retratar a la bailarina, francesa como ella, Marie Guy- Stephan vestida con las ropas del Jaleo de Jerez.

 

 

Retrato de un escopetero andaluz. Anónimo.
     
 


Hasta el año pasado no había ningún retrato atribuido a Madama Fritz de los realizados España, solo se conocía una fotografía atribuida a ella con seguridad fechada en Oporto en 1965. 


 

Hoy, gracias al trabajo de García Felguera, conocemos dos de las obras salidas de su mano. Dos retratos de dos personajes desconocidos, uno de los cuales estaba marcado en el reverso con una etiqueta que ha permitido su atribución. Forman parte de la colección Jordi Barón. 

 



La autora nos regala en su trabajo dos retratos y una etiqueta que quizá permita en el futuro la identificación otros. Crece el número y la calidad de los trabajos de investigación en temas fotográficos en España. 

        

En mí se quedan, desde hoy, las ganas de buscarlos.

 

  

           1.https://lalbumdeljep.wordpress.com/tag/madama-fritz/

Arriba la dirección del blog que había prometido y un enlace a un artículo del diario El País que, si os gustan tanto como a mí los daguerrotipos, os va a interesar.  

2. https://elpais.com/cultura/2017/03/03/actualidad/1488570760_028399.html

El artículo habla de la exposición "El triunfo de la imagen. El daguerrotipo en España", que tiene su origen en el proyecto europeo Daguerrobase desarrollado en 2013, en el que 18 instituciones de 13 países colaboraron para recoger el mayor número posible de daguerrotipos del continente, digitalizarlos y crear una gran base de datos que puede consultarse a través de la Red. Benlloch y García de la Universidad Politécnica de Valencia después de tres años de investigación, localizaron 1.200 daguerrotipos en España, un número muy inferior al de otros países europeos.  
¿Cuántos andaluces entre ellos? ¿Cúantos perdidos? 
 
3. Y lo más importante: el acceso al catálogo de Daguerreobase. 
http://www.daguerreobase.org/en/

 

 

 


 

 

 








 

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